viernes, 1 de abril de 2011

Autorreflexión Carl Rogers


“Cuanto más me abro hacía las realidades mías y de la otra persona, menos deseo “arreglar las cosas”. Cuando trato de percibirme a mí mismo y observar la experiencia que en mi se verifica, y cuanto más me esfuerzo por extender esa misma actitud perceptiva hacia la otra persona, siento más respeto por los complejos procesos de la vida. De esa manera, va desapareciendo de mí cualquier tendencia a corregir las cosas, fijar objetivos, moldear a la gente o manejarla y encauzarla en la dirección que de otro modo querría imponerles” (Rogers., 1993, pág. 30).

A lo largo de la carrera había escuchado y visto aspectos de Rogers; sin embargo, no es hasta ahora que nos conocemos y ha sido toda un descubrimiento leerlo, puesto que, de alguna manera en sus palabras encuentro lo que quizás he querido explicar por mucho tiempo y me siento muy identificada con su visión, por ello me tomo de sus propias palabras para definir lo que quisiera llegar a ser, sabiendo que no es un camino fácil, más aún cuando mi andar por la vida se torna apresurado y olvido ver a quien tengo enfrente.

Si bien el camino escogido ha sido la psicología, pienso que el aprendizaje va más allá de un rol, tiene que ver con un estilo de vida, en donde para mí lo más importante pasa por mis relaciones interpersonales, siempre teniendo presente la búsqueda de la armonía y del bienestar; sin embargo, como ser humano olvido lo más importante, que mi pensamiento no es generalizable a los demás y que en mi deseo de bienestar pienso o creo que las personas deberían cambiar, pero tal como lo señala Rogers, pasa por un conocimiento de mi misma, una conexión con lo que soy, con aquellos aspectos que quisiera negar muchas veces y con aquellos con los cuales me siento realmente plena, teniendo presente, que en la medida que me veo a mi misma, tengo mayor posibilidad de ver a los otros, de respetarlos, valorarlos y por sobre todo aceptarlos sin querer que ellos piensen como yo, sino que más bien hagan uso de su libertad, tal como lo hago yo.

Por otro lado está la evidente influencia de cómo he sido formada, el “poder" otorgado a través de la psicología es una cuestión muy común y por lo mismo ha sido muy recurrente ver “personajes” que se jactan de este poder, que a mí, personalmente no me sienta cómodo, es cierto que a veces he caído en ello, jugando o tal vez alardeando del conocimiento, pero en la medida que he ido aprendiendo y me he topado con profesores que me han mostrado otra perspectiva de la psicología he descubierto en mi un deseo de igualdad, en donde tal como lo define Rogers, prefiero tratar con clientes, en los cuales reconozca la capacidad de cambio y de mejora, pero solo porque ellos así lo desean, no porque yo me posicione de un rol en donde las respuestas las tenga yo, de hecho me atrae mucho más la idea de facilitar, de ser una acompañante en el proceso que es construido por ambos, en donde los dos tenemos algo que aportar.

Sin lugar a dudas me quedo con muchos aspectos de los vistos en Rogers, su forma de ver a las ersonas es un motivo de inspiración, para desprenderme de todo aquello que me aleja de las personas y querer encontrarme con ellos en este camino que decidí recorrer.